Mis problemas digestivos comenzaron durante mi época universitaria, cuando las comidas fuera de casa me empezaban a sentar mal. En 2015, me diagnosticaron gastritis crónica y reflujo gastroesofágico patológico, además de Helicobacter pylori. Aunque logré eliminar la bacteria, mis síntomas no mejoraron: reflujo, gases, dolor abdominal, regurgitación de comida y ardor en la garganta se volvieron constantes en mi vida diaria.

Las recomendaciones médicas siempre eran las mismas: “No se puede hacer mucho. Baja de peso, come porciones pequeñas y frecuentes, evita ciertos alimentos, reduce el café y dependerás de antiácidos como el Omeprazol de por vida. Incluso podrías considerar una cirugía.”

A pesar de seguir estas pautas al pie de la letra, mi estado no mejoraba, lo que afectó profundamente mi bienestar físico y mental.

Tras años de búsqueda, investigación y cambios en mi estilo de vida, comencé a ver mejoras. Descubrí que no se trata solo de seguir las recomendaciones habituales, sino de abordar el problema de una manera integral, considerando también el impacto del estrés y las emociones en mi salud digestiva.

Este proyecto surgió de mi deseo de compartir lo que aprendí como paciente. Sé lo frustrante que puede ser no encontrar respuestas claras, y mi objetivo es ayudar a quienes, como yo, están buscando un enfoque más completo y efectivo para mejorar su salud digestiva.